Yo siempre había odiado esto del Twitter, no sé por qué. Bueno, en realidad no siempre. Hace mucho tiempo, me hice una cuenta para seguir de cerca a mi ídolo del alma, hasta que por culpa de unos acosadores tuvo que cerrárselo.
Luego todo el mundo empezó a hacerse Twitter compulsivamente y a mí me dio pereza pertenecer a algo tan mainstream, hahaha. No, simplemente había perdido mi razón de ser.
Ahora que estoy pasando por una especia de crisis existencial y tecnológica (se acerca mi cumpleaños y huelo a portátil nuevo y a BlackBerry), he querido volver a inmiscuirme en este mundillo del pajarillo azul, en parte siguiendo
los pasos de Larisa. Y he descubierto la respuesta a todas mis preguntas. Bueno, no a todas, pero a unas pocas.
La cuestión es que me da mucha pereza escribir en el blog (aunque lo estoy haciendo ahora mismo). Me da pereza ponerme a escribir, porque luego descubro que a la que entro, tecleo y tecleo todos mis pensamientos. Total, que entre poner todo lo que se me pasa por la cabeza en el facebook e invadir los muros de mis "amigos" y poner en un blog una frase sin sentido que probablemente no verá nadia, tiene que haber un término medio. Y ese término medio podría ser el twitter. Un sitio donde tengo límite de carácteres, y no me puedo ir por las ramas, pero en el que puedo postear varias veces al día sin sentirme pesada (porque, coño, todo el mundo lo hace). Y además, está de moda. He encontrado ahí a mucha gente. Y vicia. Quiero entenderlo más. No puedo escribir el blog desde la BlackBerry, pero sí en Twitter.