Sé que hace días que no escribo, pero es que se está acabando el curso y estoy muy liada, no llego a estresada porque soy un poco pasota con mis obligaciones. De hecho, os voy a contar qué he hecho estos días que tenía mis últimos exámenes y tres trabajos por entregar (aún):
1. Ver 'El paciente inglés' (peliculón, Ralph Fiennes soberbio, ay omá qué rico)
2. Ver 'El jardinero fiel' (peliculón, Ralph Fiennes soberbio, ay omá qué rico, aunque un poco más mayor)
3. Ver 'La vida es bella' (peliculón, Ralph Fiennes no hubiera pintado nada ahí, así que no lamento su pérdida)
4. Jugar a Los Sims 3 con todas sus expansiones (las 11) (¡por fin tengo un caballo!)
5. Jugar al Diablo 3
6. Ver 'El invitado' (no mata)
7. Maratón diario de 'Aquí no hay quién viva' y 'La que se avecina'
8. Ir a la playa (me quemé una pierna, sí, sólo una)
9. Salir de fiesta por la ciudad y bailar en freestyle hasta quedar rendida (con mi vestidito rojo)
10. Sexo (del bueno, del de verdad, en mi propia cama, ¡por fin!)
Y recuerdo que el pasado miércoles por la tarde estudié un poco para el examen del jueves (aunque consistió en leerme los apuntes en la biblioteca con mis amigas, mientras hablábamos de cosas triviales y divertidas). Y hoy, sí, señores, hoy he empezado a ponerme con los tres trabajos que me quedan (va, Alba, que cuando acabes, ya serás libre).
Pero os preguntaréis: 'si te has tocado los huevos la barriga todos estos días sin hacer nada de provecho para la comunidad humana, ¿por qué justo hoy que te pones a hacer algo, te da por ponerte a escribir?' . Y tendréis razón, pero es que, como mi título indica, hay algo que no me deja dormir (bueno, tampoco es pa' tanto) y me tiene nerviosa perdía: el PRACTICUM.
En mayúsculas, negrita y subrayado, porque es muy importante para mí. Para los que no lo sepáis, el practicum es esa "asignatura" en la que los pobres universitarios de último año, incautos de nosotros, nos matamos los unos a los otros por conseguir una plaza en un centro donde hacer las prácticas durante unos 5 meses. Hay plazas muy variopintas, pero como pasa siempre, la mayoría quiere las mismas.
Y resulta que para cada plaza hay 3 personas como mínimo que la codician. Y lo mejor de todo, es que las asignaciones van por sorteo. Lo que significa que me he pasado 3 años de carrera sacando buenas notas y Matrículas de Honor y esas mierdas para que ahora alguien que a lo mejor ni viene a clase ni le importa tres pepinos dónde va, me quite mi preciada plaza porque ha salido un papelito con su nombre.
La plaza que he escogido es en una clínica de mi ciudad, en una unidad de patologías de la conducta alimentaria (anorexia y bulímia, mayormente). Pensaba que poca gente la cogería porque es muy específica y creía que la gente iría más a por plazas en Institutos de Asistencia Sanitaria generales. Pues no. Ya hay dos personas más que sé que la han escogido. Y lo peor es que son personas a las que aprecio mucho y me dolería tener que pelearme con ellos por algo así (sin contar con la gente que también la quiere y no se ha pronunciado).
El jueves tenemos que ir todos a clase a hacer el paripé de los papelitos. Os confieso que tengo una pequeña esperanza de que me toque, o de que los profesores se dén cuenta de que eso va a ser peor que la batalla de Braveheart y que pongan algún otro criterio de asignación que no sea el maldito azar.
Bueno, voy a seguir ya con el trabajo que tengo para mañana (yo siempre en el último momento, seh), que tengo que leerme 7 artículos y hacer 7 reflexiones sobre los mismos.
Y decían que los años universitarios serían los mejores de mi vida. Mentían, como bellacos. Mala gente, todos ellos.
Me voy a consolar con Ralph Fiennes. Miradlo qué majo:
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(soy la razón por la que Lord Voldemort mola) |