dijous, 14 de maig del 2009

El Principito



EL PRINCIPITO de Antoine de Saint-Exupéry es, sin duda, uno de mis libros favoritos (me atrevería a decir que el que más). Siempre que lo leo, aunque sea sólo un fragmento, consigue hacerme sentir tremendamente melancólica.

En casa, cogí el libro, lo abrí al azar y me encontré con una de mis partes favoritas, cuando el Principito "domestica" a un zorro.


-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. ¡Estoy tan triste!

-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado.

-¡Ah! Perdón -dijo el principito. Pero después de reflexionar agregó-. ¿Qué significa domesticar?

-Es una cosa demasiada olvidada -dijo el zorro-. Significa “crear lazos”.¿Crear lazos? Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremosnecesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...

-Empiezo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor en mi planeta... Creo que me ha domesticado...

El zorro calló y miró largo tiempo al principito:

-¡Por favor... domestícame! -dijo-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!



El principito se fue nuevamente a ver a las rosas:
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Sois bellas, pero estáis vacías. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa cuyasorugas maté (salvo dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa -y volvió hacia el zorro-. Adiós.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable de tu rosa... Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado.


Me dio por pensar que, tal vez, yo era como aquella rosa para alguien.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...